15 de noviembre de 2008

Jesús


El mejor vecino del pueblo, está preso, en una cárcel pequeñita, y completamente a obscuras.
Nadie está con él.
Tampoco cabe nadie más en esa cárcel, por lo pequeña que es.
Además, está cerrada con llave la puerta.
Nosotros, que conocemos al prisionero, debemos pedir la llave, e ir a visitarle a este prisionero.
Además, sabemos que es inocente y amigo de todos, menos de los que lo han apresado.
No hay derecho a tenerlo así. Debemos ir a visitarlo más a menudo, sabiendo que es el mejor amigo y vecino del pueblo.
Y que todos lo necesitamos mucho, porque nosotros somos muy útiles, para resolver los principales problemas que tenemos en la vida.
Y si no le visitamos, y le consultamos, él no nos ayudará. A pesar de que él sabe que sin él, no podemos nada.

Además, el que a pesar de estar prisionero, es todo poderoso, y puede y desea todo lo mejor para nosotros, pero con mucha pena, no, nos hará nada, si nosotros no se lo pedimos.
El día que terminemos nuestra peregrinación en este valle de lágrimas, no llevaremos de aquí ni dinero ni alhajas, ni nada de nada, de este mundo.

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