15 de noviembre de 2008

Oración a las Almas del Purgatorio

Las almas del purgatorio merecen los socorros espirituales. Por amor a Dios, por amor a ellas. Y por amor a ti mismo.
Por amor a Dios, porque el Señor ama a las almas que están en gracia, y, naturalmente, es muy grato que socorras a unas almas estimadas por él y destinadas a la salvación eterna.
Por amor a ellas, porque ya que no pueden socorrerse a sí mismas, esperan tus sufragios. ¿Y podrás oir sus lamentos sin moverte a compasión? Son tus padres, parientes, amigos, unidos a ti con el vínculo de la fe y de la caridad.
Por amor a ti. Como no puedes esperar ir al cielo, sin pasar por el purgatorio, considera que serás tratado como trates a los otros. Por consiguiente, si pones de tu parte lo que puedas, a favor de las almas, Dios cuidará de enviarte socorros cuando los necesites.
Las almas, se pueden socorrer,
primero, con la oración de todos los días en tus actos de devoción. Segundo, con el santo sacrificio de la misa, oyéndola o haciéndola celebrar. Tercero, con un digno uso de los sacramentos, que son los manantiales de todas las gracias. Cuarto, las obras de misericordia, espirituales y corporales, para vivos y muertos. Y quinto, con una vida religiosa y austera. Todo sacrificio podrás ofrecerlo si estás en gracia. Un solo padrenuestro en estado de gracia, es más eficaz, que muchos actos buenos sin aquella.

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