15 de noviembre de 2008

Notas


Perdón señor, perdón señor,
repite esto hasta hartarte,
un día y otro día,
hasta que te venga esta palabra.

Esto decía un enfermo
que pasaba aquí
el purgatorio.

Dios ha dicho:
pedir, pedir, pedir.
Dios ha dicho:
buscar y hallaréis.

Dios no falta a su promesa.
La mujer cananea pidió tres veces,
a la tercera sanó su hija.

Y Santa Mónica
estuvo 16 años pidiendo
la conversión de su hijo Agustín.

Siete siglos estuvo España
pidiendo la liberación
del yugo mahometano.

Así que todos los días
tenemos que pedir.
Quizá cuando estemos cansados
de pedir, es el momento
que Dios tiene señalado.

Nunca se sabe.
Hay que insistir
como la viuda importuna.

Hay una moda en el mundo
que es tan antigua como el mundo,
y esa moda,
existirá mientras exista el mundo.

Y es una moda
que nunca se cambia de moda,
y nadie la quiere llevar,
y sin embargo,
la llevamos casi todos.

¿Sabéis qué moda es?
Es la moda del dolor.

Muchas veces quiero hacer
el bien que deseo,
pero hago
el mal que no quiero.

Perdón, Señor,
esto decía San Pablo,
porque tenía experiencia
de los que estamos en el mundo.

Simón Cirineo tuvo suerte
de ayudar a Cristo
a llevar la cruz.

También nosotros podemos
ayudar a Cristo.
A llevar la cruz, con amor y alegría,
las cruces que él nos envía.

Si deseas progresar
en virtud, día a día,
pide y trata de imitar
a Jesús, José y María.

Otros están peor.
A todo hay quien gane,
a salud, a enfermedad,
a ciencia y habilidad.

Hay quién tiene males
mucho más grandes que yo
y más dolorosos
y más duraderos.

Y muy repugnantes
y callan, y aguantan
y sonríen
y animan a la familia.

Y a los amigos, y dicen
si esto no es nada,
si esto pasarán pronto.
es que vosotros exageráis.

Si piensas en éstos, que los hay,
te conformarás,
ya lo verás.

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