15 de noviembre de 2008

La Disciplina en el Ejército Español


Historia de la baraja de un soldado que no tenía un pelo de tonto.

Cuando una persona está ociosa recurre a tomar entre sus manos una baraja, y se entretiene haciendo juegos para pasar el rato.
Otras veces sirve para jugar en familia. Otras, para echar con los amigos la partida en el bar.
En algunos pueblos, los domingos por la tarde, se juntan las mujeres durante unas horas, para echar la partida a la brisca.
Muchas veces en fiestas y cumpleaños, después de la comida o banquete, saboreando un buen puro, y una buena copa, en la misma mesa, se suele formar la partida.
No importa a lo que se vaya a jugar. En unas casas prefieren el tute, en otras, el mus, en otras a infinidad de juegos que con ellas se pueden practicar, pero no es de juegos de lo que voy a tratar. Sino de otra cosa mucho más elocuente que con ellas, se pueden hacer o practicar.

De hecho, ya se hizo hace ciento y pico de años.
El hecho es verídico y ocurrió en La Habana, a finales del siglo XIX.
Es como sigue:


Certificado en que consta, la solución del proceso, seguido contra el soldado que no debía tener un pelo de tonto.

Que estando el domingo de abril de 1870, oyendo misa, la fuerza de este Batallón, observó el sargento primero, de la segunda compañía, que mientras, se celebraba el santo sacrificio de la misa, un soldado, tenía una baraja en las manos, y la repasaba con la mayor atención, por cuyo motivo a la llegada de la fuerza al cuartel, fue conducido al calabozo dicho soldado. Y se dio parte por escrito al jefe del cuerpo.
Habiendo sido informado el Sr. teniente coronel, del delito del soldado, dispuso, la formación de expediente, nombrando al efecto fiscal al Sr. ayudante.


Respuestas al tribunal.
Construido el tribunal que había de juzgarle, en el cuarto de banderas, fue conducido el acusado a su presencia, y preguntado su nombre, patria, religión, estado y ejercicios.

Dijo:
Me llamo Andrés Espinosa Montero, natural de Logroño. De religión, católica apostólica romana. Soy soltero, perteneciente al batallón número 1, segunda compañía.
Preguntado: explique y diga por qué siendo cristiano como dice, en vez de estar oyendo misa con devoción, ha sacado una baraja y se entretenía en repasar las cartas.
Dijo:
Careciendo de rosario, había ideado sustituirlo con la baraja, para con sus distintas cartas, poder meditar mejor sobre los distintos, misterios, de la muerte y pasión de nuestro Sr. Jesucristo.
Preguntado: explíquese y diga ¿Cómo medita con la baraja tan sagrados ministerios?
Dijo:
Contemplaba, empezando por los ases,
En el as de bastos: la columna donde amarraron al Señor.
En el as de espadas: cuando San Pedro cortó la oreja a Malco.
En el as de copas: cuando le presentaron una copa con hiel y vinagre.
En el as de oros: considero el ósculo de paz que dio Judas al Redentor, al entregarlo.
En los cuatro doses: los ocho verdugos que azotaron al Señor.
En el tres de bastos: los cordeles con los que fue arrestado.
En el tres de espadas: contemplo los tres clavos con los que fue clavado en la cruz.
En el tres de copas: medito las tres personas de la Santísima Trinidad.
En el tres de oros: considero los 30 dineros que vendió Judas al Señor.
En el cuatro de espadas: me represento los cuatro evangelistas que fueron a predicar en las cuatro partes del mundo.
En el cuatro de copas: me represento cuatro santos que son Santo Tomás, Santo Domingo, Santo Tomé y San Toribio.
En el cuatro de bastos: considero los doctores de la ley.
El cuatro de oros y cinco de espadas: me hacen meditar, en los nueve misterios gloriosos de María Santísima.
El cinco de bastos: me hace meditar en igual número de dolores que sufrió la madre de Jesús, María Santísima.
El cinco de oros: me representa las cinco llagas del Redentor.
El cinco de copas: me lleva a considerar, hasta qué grado tuvo que apurar el Redentor el cáliz de la amargura.
En los seises de bastos y espadas: considero a los doce apóstoles.
En los seises de copas y oros: me sirve para contemplar la penosa marcha por la calle de la amargura.
En el siete de copas: considero los sacramentos de la Iglesia.
En el siete de espadas: me represento los siete dolores que traspasaron el corazón de María.
En el siete de bastos: considero las sublimidades de las siete palabras.
Las sotas de copas, espadas y bastos: me representan las tres avemarías.
El caballo de espadas: me representa al judío que dio la lanzada.
Los caballos de copas, oros y bastos: tienen el significado de los tres reyes que vinieron de oriente.
En los cuatro reyes: contemplo las cuatro columnas del templo de Salomón.

Preguntado
¿Cómo todas las cartas tienen su significado, menos la sota de oros?
Dijo:
Como se parecía a su sargento primero, que fue quien dio parte de él, no la había querido mezclar, en tan sagrados misterios.

Y con ésto terminó su declaración.
Siendo en el acto absuelto de culpa, y agraciado por los jefes de batallón, con tres meses de licencia temporal. Y tres pagas en concepto de gratificación.

Por lo relatado, puede verse, que no solamente, las cartas de Fournier, de la capital alavesa, sirven para jugar y pasar el rato.
También tienen su aplicación, como lo demuestra este riojano -que no tenía pelo de tonto-, y que a falta de rosario tuvo el valor de barajarlas, para echar un envite a todo, con hordago incluido y ganar la partida.

Fin.


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